Domingo, sábado. (Hoy no es ese día pero te estaré esperando)

Pasa la semana y es una eternidad.
Cada día es un año, y cada segundo un día cuando estoy sin tí.
Necesito estrecharte entre mis brazos, y dejar pasar el tiempo, pasando de todos y todo.
No quiero verte llorar si me voy, y no quiero sentir que estás mal cuando no puedo estar allí.
Quiero verte sonreir cada día. Y si me voy, es para conseguir las alas que me lleven hacia las puertas del cielo. Agarrar tu mano e ir volando, como el primer abrazo. Y como cada mirada...
¡Y qué tonto soy! Sé me olvidó decirte, que siempre estaré ahí en tu corazón. Y mientras tú quieras que yo esté ahí, ahí permaneceré hasta el final. Yo... Moriría por verte. Aunque me quedase en el camino.
Por muy alto que fuese el precio de la libertad.
Quiero verte, ya no es que quiera, es que lo necesito, necesito tenerte en frente, y frenar una a una todas tus lágrimas y cambiarlas por sonrisas. Sin duda. Moriría por ti.
¿Qué harías, si una persona te mira y no puedes aguantarle la mirada?
¿Qué haces cuando sientes su corazón cuando te abraza?
¿Cuando te dice que te quiere susurrando en tu espalda?

Cuando me abrazas... Cuando me miras...
No quiero separarme de ti.